<foto 1: Barco en la puesta de sol>
Para celebrar mis primeros 50 años mi compañera de convivencia decidió que nos hacíamos un buen viaje. No habíamos estado en Asia y teníamos referencias de ser un país fascinante así que optamos por Vietnam. El viaje fue en abril del 2011 y el recorrido el siguiente:
Norte de Vietnam: Hanoi y Halong
Vietnam Central: Hoian, Da Nang y Húe
Sur de Vietnam: Saigón (Ho Chi Min City) y el Mekong (Can Tho y Chau Doc)
Y estando cerca no quisimos dejar de ver Angkor Wat así que pasamos por Camboya: Phnom Penh y Siem Reap. Sobre Camboya hablaré poco ya que hay un estupendo artículo de LeBoc ( http://www.ojodigital.com/ oro/content/miradas-desde-camboya-de-leboc-723/> ). Por falta de días dejamos sin ver Sapa, al norte, con la esperanza de poder volver alguna vez.
Escogimos un circuito que tiene la ventaja de que te llevan a los sitios sin tener que perder tiempo y la desventaja de que pierdes emoción y la posibilidad de alterarlo a tu gusto. Si lo estáis pensando NO os aconsejo que alquiléis un coche en Vietnam, si es que os dejan. Allí conducen como aquí andamos por una calle llena de gente, esquivándose.
Hay guías de viaje e información en Internet más que de sobra pero os dejo unas apreciaciones y experiencias personales:
Equipo fotográfico: Evidentemente cuanto más y mejor llevéis, más posibilidades tendréis a la hora de hacer fotos. En mi caso la fotografía no era el motivo ni el fin del viaje, y no iba a castigar a la acompañante con cambios de objetivo, así que me llevé la D200 con el infame 18-200, y sin trípode. Además nos llevamos de estreno una Canon G12 que utilizó mayoritariamente mi compañera. Algunas de las fotos aquí mostradas son de ella.
¿Qué fotografiar?: Hay para paisajes y urbanas /arquitectura pero a mi lo que más me llamó la atención es el aspecto social. A lo largo de este relato os dejaré algunos consejos .
Gente: Amable, sobre todo si tienen algún interés en ti. En Vietnam no tuvimos ningún problema de conflictos ni sensación de inseguridad.
<foto 2: puesto callejero Can Tho>
Clima: Vietnam es un país con una extensión de norte a sur muy considerable con lo que el clima que te puedes encontrar es muy diferente. Nosotros fuimos teóricamente antes de la época de lluvias y calor (de mayo a octubre) y encontramos un tiempo muy bueno, ni frio ni calor en el Norte, lluvia torrencial en el Centro y calor en el Sur. En Siem Reap también nos castigó la lluvia, y cuando no, el calor.
Comida: Teníamos resuelta la mayoría de la comidas pero cuando las tuvimos libres no tuvimos ningún problema en encontrar dónde, hay multitud de sitios para comer y a precios estupendos. Algunos te pueden echar atrás por ser excesivamente “locales” . Y puede ocurrir que no sepas que pides hasta que te lo traen!. En cualquier caso la cocina vietnamita es muy buena. Mucha fruta y verdura fresca.
<foto 3: Puesto de carne, mercado Húe>
Enfermedades: Vietnam no se considera un país con riesgos de epidemias, así nos dijeron en el Centro de Sanidad Exterior, salvo que fuéramos a trabajar al arrozal. Nos aconsejaron tener precauciones con las picaduras de mosquito por la malaria y el dengue, tomar vitamina B y ponernos repelente.
Idioma: Pues vietnamita. En general en la calle no hablan más inglés que el justo justito para comerciar. Las personas que atienden al turismo sí que hablan inglés. Nuestros guías hablaban castellano pero en algún caso hubiéramos preferido el inglés. El idioma es monosilábico y el idioma escrito se hace con caracteres latinos pero todavía se encuentran caracteres chinos sobre todo en pagodas, templos y edificios antiguos.
<foto 4: Cartel en vietnamita pagoda HoiAn>
Moneda: El dong pero te admiten dólares en todos los sitios. Nosotros cambiábamos en el hotel para tener moneda pequeña pero realmente te puedes mover con dólares. Ojo con los cambios que te hacen los vietnamitas en las tiendas, suelen darte el precio en dong y luego con una calculadora te lo pasan a dólares, con el cambio que les parece y si hace falta te lo vuelven a pasar con otro cambio. Unos artistas. Pero la verdad es que en general las cosas que se compran son muy baratas como para preocuparse en exceso. Se puede regatear con ellos pero cuando bajas el precio y ves que dejan de mirarte y te ignoran, se van a otra cosa, eso quiere decir que te has pasado y o reculas o te vas pero ellos ya no siguen … salvo que seas el primer cliente del día, a eso le dan mucha importancia: Si venden al primer cliente eso les va a dar suerte a lo largo del día.
Religión: Mayoritariamente budismo. Es una suerte que es una religión que no fomenta el proselitismo ni tiene mucho rito y permite al individuo elegir la forma de desarrollar su espiritualidad. Con solo tener el debido respeto que te marca el sentido común no tienes problemas y puedes fotografiar sin problemas. Solo encontramos prohibición de fotografiar en un templo en el Mekong donde el ambiente era más fanático. Por cierto que la diferencia entre templo y pagoda reside en que estas últimas están dedicada a divinidades (Buda) y los templos a personas que se lo han merecido.
<foto 5: Chica rezando >
Sistema político: Como decía el simpático guía de Hanoi “¿Comunista? Noo, solo comunista el gobierno.” Salvo algún cartel de propaganda la verdad es que no percibes que el régimen político interfiera en la vida diaria.
Permisos: Para entrar en Vietnam se requiere un permiso (visado) a nosotros nos lo gestionó la agencia de viajes. Se puede pedir sobre la marcha a llegar al aeropuerto de Hano, i pero para qué perder tiempo!.
Y paso a relatar con algún detalle las etapas y estancias del viaje.
Fotografiar el caos no es algo sencillo. La fotografía en esencia es la captura de un instante, estático, plano y solamente visual. El caos es movimiento, ruido, olores, colores, sensaciones y percepciones todo en rápidas sucesiones. Por eso cuando veo las fotos de Hanoi tengo la sensación de que me falta algo en ellas.
Nuestro primer contacto con Asía fue Hanoi, eso marca por la distancia cultural, pero además es una dinámica ciudad de 4 millones de habitantes que parecen desplazarse todos a la vez en motocicleta.
<foto 6: Transporte de cerdos en motocicleta>
Nos resulta curiosa la arquitectura de las casas: estrechas, altas y profundas. El guía nos explica que lo que se valora es el ancho que da a la calle. El vietnamita trabaja donde vive (o vive donde trabaja) y le gusta vivir en la calle. Y son comerciantes. Con todo ello se entiende que un espacio amplio a la calle les permite establecer mejor su negocio y tener mayor calidad de vida.
Visitamos lo típico: La pagoda de un pilar, el templo de la literatura, la tumba de Ho Chi Min, el mercado antiguo del Old Quarter .. Pero con lo que realmente disfrutamos fue con la gente y su modo de vida. Cruzar una calle sin semáforos con un río de motos pasando es todo un reto. Tienes que desplazarte con velocidad constante y ya ellos te esquivan.
<foto 7: Vendedor de globos cruzando>
Después de la visita guiada decidimos quedarnos en el centro paseando y volver al hotel en cyclo. Un cyclo es una bicicleta con un asiento en la parte delantera. Una gran decisión pues fue una experiencia inolvidable de 1 hora recorriendo las calles.
Impresionante llegar a un cruce de varias calles y ver como motos y coches llegan de todas direcciones y sorprendentemente lo superas. En este viaje en cyclo por Hanoi vimos como cocinan en la calle, comen en la calle, se relacionan en la calle …
A la mañana siguiente salimos de Hanoi camino de Ha Long, un visto y no visto. Me hubiera gustado haber estado algún día más.
Consejo fotográfico: Pasear por el Old Quarter fotografiando la gente y por supuesto coger un cyclo con la cámara lista para disparar a todo lo que se mueve.
De Hanoi a Ha Long vimos lo que es conducir por Vietnam. No me extraña que no alquilen coches a extranjeros. Al igual que aquí vamos andando por una calle llena esquivando a la gente así conducen allí esquivando coches motos autobuses bicis peatones. Para adelantar te lanzas al carril izquierdo y empiezas a pitar para que se aparten. Espeluznante.
El recorrido nos sirvió para ir conociendo la demografía vietnamita. Es una zona muy poblada con muchísima población joven. Hay que tener en cuenta que se pasaron gran parte del siglo pasado en guerra. Coincidimos con la salida de varios colegios y eran ríos de niños en bicicletas, miles de ellos perfectamente uniformados. Las niñas llevan el pelo muy largo negro lacio hasta la cintura. Delgados y en general no muy altos, pero esbeltos. Las mujeres, sobre todo las jóvenes, protegen su cara con una máscara. Para ellas la belleza está en la palidez, no les gusta estar morenas, y la piel fina.
<foto 8: vendedora de pepinos>
La carretera parecía una larga calle, un pueblo se sucede a otro a fábricas a talleres a otro pueblo … Hay arrozales inmensos pero están detrás de las casas. El borde de la carretera es el escaparate para las tiendas.
Consejo: Si tienes oportunidad de disparar desde un coche, parado o a baja velocidad, con la ventanilla bajada hay una inmensidad de fotografías que se pueden hacer. Los vietnamitas viven hacia la calle.
La leyenda dice que un dragón al meterse en el mar golpeó con su cola las montañas y los pedazos rotos se esparcieron por el mar. Sea así o no el caso que los casi 2.000 islotes sobresaliendo en un mar de jade y turquesa forman un paisaje único: La bahía de Ha Long.
Nuestra excursión incluía la navegación por la bahía, dormir en el barco y visitar algunos puntos de interés. Al llegar al barco el día prometía bien poco totalmente nublado, por suerte según avanzaba la mañana y la navegación el sol fue saliendo y mostrando la belleza del paisaje.
<foto 9: Vista de HaLong desde Ti Top>
La primera parada fue en la isla de Ti Top (nombre de un astronauta soviético que visitó la isla) que tiene una playa y también un mirador elevado. Optamos por el mirador.
La siguiente fue la visita a un poblado flotante de pescadores. Los vietnamitas viven en cualquier parte sin mayor problema. Impresiona verlo y pensar en que no tienes más de 1 metro para andar. Un niña pequeña, sobre unos dos años que nos parecía que casi no andaba saltó sobre una barca y se puso a remar … sin mayor problema. Adaptados al medio.
<foto 10: Poblado flotante>
El regreso del poblado flotante al barco nos coincidió con la puesta de sol. Una puesta hermosa con un sol rojo que tiñó de dorado el mar. Impresionante. El barco fondeó para pasar la noche y al estar quieto pude observar la cantidad de basura que tenía el mar. Había sido un comentario de nuestro guía, que la bahía de Ha Long podía perder su condición de patrimonio de la humanidad de la UNESCO por este asunto. No me extraña si no se toman medidas, dada la cantidad de barcos que pasan, que acabe siendo un estercolero. Lo que vi apunta a ello.
Por la mañana vistamos una de las cuevas de la zona. Hang Sung Sot (la sorpresa) llamada así por la forma de una roca. Y de ahí al puerto y camino al aeropuerto destino Da Nang, Vietnam Central.
Hoi An es una pequeña ciudad con un centro histórico de los siglos XVI y XVII bien conservado, bonito y agradable de pasear. Las casas son de dos alturas, en la planta baja como no, un comercio. De hecho la ciudad a lo largo de los tiempos ha sido un puerto comercial usado por chinos, japoneses, portugueses, holandeses … Un símbolo de la ciudad es el llamado Puente Japonés construido por estos para unir su barrio con el resto de la ciudad. El puente está cubierto, de madera, y tiene dos guardianes, uno en cada extremo, un perro y un mono
<foto 11: Puente japonés>
Otro de los atractivos de la ciudad es el mercado. Estrecho y denso, lleno de gente, luego vimos alguno más pero este fue el primero en que nos metimos bien adentro. Impactante ver una motocicleta cruzando el mercado entre el gentío.
Lo más típico son las sastrerías, te puedes hacer un traje a medida en 24 horas y así lo hacen muchos turistas. Aconsejo comprar camisetas son del mejor algodón y baratas 3 o 4 dolares. Y farolitos, los hay para vela o para luz eléctrica con telas de colores.
El hotel en el que estuvimos alojados fue uno de los que más nos gustó, y además a pie de playa, ocasión que no perdimos para darnos un baño en el Mar de China. Las playas de esa zona son espectaculares.
Tuvimos la suerte de pasar la noche del sábado allí, además coincidió con luna llena y la ciudad estaba de fiesta popular. Al caer la noche obligan a apagar las luces y solo se puede alumbrar con velas. Precioso. En el río los lugareños hacen barquitos de papel con una vela y lo dejan navegar por el rio. Al cabo de un rato se llena de lucecitas que van meciéndose y alejándose en la corriente.
<foto 12: Partida a la luz de las velas>
A la mañana siguiente, bajo una tormenta tremenda, dimos el adiós a Hoi An y salimos camino de Da Nang a hacer una pequeña visita al Museo Cham y la Montaña de Mármol y de ahí, cruzando el Paso Hai Van, de las nubes, a Húe.
Consejo: Estate en el casco antiguo de Hoi An un poco antes de la puesta de sol para pillar la hora azul. Mejor si tienes trípode y capturar las luces de los farolillos todavía con algo de luz natural.
El Paso Hai Van es una carretera de montaña que une Húe con Da Nang. En el alto hay unas fortificaciones de la época francesa y se divisa unas vistas bonitas de las playas de Da Nang hacia el sur y Lang Co hacía el norte.
<foto 13: Vista de la playa desde Hai Van>
No impresiona mucho si has tenido la oportunidad de estar en Tenerife o La Palma. Para algunos es la frontera natural entre el Norte y el Sur y hasta la apertura de un túnel nuevo, en caso de mal tiempo suponía el aislamiento entre las dos zonas.
La capital de los emperadores vietnamitas, la dinastía Nguyen. No tuvimos mucha suerte con el clima pues nos llovió a mares. La visita es sobre todo una inmersión en palacios, tumbas, pagodas y templos de los emperadores. Destaca por supuesto el palacio imperial a “semejanza” de la Ciudad Prohibida china.
<foto 14: Palacio imperial>
Lo primero en visitar fue el mercado Dong Ba y a continuación el palacio imperial en estas dos visitas la lluvia nos respetó algo.
Al día siguiente bajo la lluvia hicimos una excursión en barquita por el Rio Perfume hasta la pagoda Thien Mu. Bien pasadas por agua fueron las visitas a las tumbas de Tu Duc y Khai Dinh. En esta última casi se queda el coche en atascado el barro. De paso también vimos como hacen incienso que por cierto es el mejor que hemos tenido nunca en casa.
<foto 15: Lluvia en el rio Perfume>
De Hué como ciudad poco pudimos disfrutar, una lástima pero eso es lo que tienen los viajes.
Consejo: Introducirse en un mercado vietnamita es toda una experiencia de olores y colores. Y por supuesto lleno de motivos fotográficos. Dong Ba hay que aprovecharlo. Ojo que en las zonas más internas la luz es escasa: ISO alto y objetivo luminoso.
Vuelta a una gran, grandísima, ciudad. Otra vez miles de motocicletas. Pero a diferencia de Hanoi está es más civilizada, urbanizada, con aceras y semáforos. No tiene tanto sabor oriental.
Saigón respira diversión nocturna, no es de extrañar que el mejor recuerdo que tengo de la ciudad es la discoteca del hotel donde un grupo cubano, Luna Negra, acompañaba nuestros gin tonic a ritmo de salsa.
<foto 16: Interior edificio de correos>
La otra característica de la ciudad es el recuerdo de la guerra de 1964 a 1975, entre el norte y el sur. La mayoría de los lugares que visitamos tienen relación con ella: Cu Chi, el Palacio de la Reunificación y el Museo de la Guerra. En el museo se pueden ver las devastadoras consecuencias de la guerra para la población civil y el medio ambiente. Claro que solo están las barbaridades de uno de los contendientes. Muy triste es el caso del Agente Naranja pues siguen naciendo niños con malformaciones por su causa.
En el Palacio llamado ahora de la reunificación, estuvo el estado mayor del ejercito del sur y de USA. Para mí de poco interés.
El edificio que más nos gusto y como una bella excepción al monotema bélico fue el edifico de correos de Eiffel.
A 40 km de Saigón están los túneles de Cu Chi donde el VietCong se escondía y hostigaba a las tropas americanas. No era una excursión que me resultara atractiva pero resultó curiosa. Los túneles son muy estrechos, como ellos te cuentan porque el vietnamita es pequeño y el americano grande. Así no podían pasar. Tienen algunos adaptados para la visita pero aun así resulta claustrofóbico por lo que yo, amante de los espacios abiertos, entré lo justo, osea nada, en cuanto vi al pequeño vietnamita que llevaba la linterna agacharse en cuclillas me di la vuelta.
<foto 17: Yo saliendo de la entrada del túnel???>
Te enseñan todo lo relacionado con la vida que llevaban. Eso es realmente lo interesante y sorprendente. Para empezar te ponen una película de finales de los 70, un tanto trasnochada en su mensaje donde denominan al enemigo “el fantoche americano”. Luego ves como ocultaban las entradas a los túneles, los agujeros para respirar y para sacar los humos de la cocina … Y por supuesto hay muestrario de las armas y trampas que les ponían.
Si comparas con el norte el delta del Mekong es otro mundo, no solo en el paisaje dominando por el agua de ríos y canales, si no también en la forma de vida de la gente marcada por el uso de los recursos fluviales. En el norte parecen más elegantes, esbeltos y sobrios, su vestimenta lleva poco color, predominando el blanco y negro. En el delta aparentan más redondos, usan más el colorido sobre todo las mujeres que llevan una especie de pijama y tienen la piel más oscura. Las casas, muchas palafitos, parecen más desorganizadas y sin un urbanismo claro. Diferente.
<foto 18: Palafitos a orillas del Mekong>
Nuestro periplo por el Mekong empezó cogiendo un barquito para visitar una fábrica de dulces, pasar por el mercado flotante de Cai Be e ir a comer a Vinh Long. Ahí probamos el pez oreja de elefante plato típico y que nos gustó mucho. Se trata de un pez frito que le vas sacando la carne y te la comes haciendo un rollito con papel de arroz y verduras. Por la tarde más río para llegar a Can Tho.
Nos dimos un paseo por la ciudad y, cómo no, tenía mercado y mercadillos pero lo que más entretuvo fue el ver como cruzaban de una orilla a otra transportando las cosas más inverosímiles en las barquitas.
A la mañana siguiente teníamos la visita al mercado flotante de Cai Rang, ya sabíamos que había que ir pronto, confirmado al ver que la excursión del hotel salía a las 5,30. Pues la nuestra no hubo manera de arrancarla antes de las 8, un fallo de los viajes organizados. La visita en cualquier caso muy interesante y llena de motivos fotográficos.
<foto 19: Mercado flotante>
Desde allí fuimos a visitar un templo, Lady Chua Xu, y la pagoda Tay An, a los pies de una montaña conocida por Sam justo en la frontera con Camboya. En el templo vimos un rito “peculiar” a la “santa”: se le ofrecen cerdos asados como presente. Cerdos que no vale solo con traer el asado sino que hay que llevar las vísceras para demostrar que no estás “reciclando” el cerdo de otro. En ese templo fue en el único que nos prohibieron hacer fotos, aunque alguna hicimos.
No podía faltar la visita a una piscifactoría, base de la economía del Mekong. Lo que realmente llama la atención es los recursos con los que están hechos estos sitios, barracones de madera a los que llegas a través de una pasarela de madera, aparentemente frágil y carcomida y te preguntas si realmente el seguro del viaje paga algo en caso de accidente ahí. Igual de poco sólido es el acceso a un poblado Cham en un isla. Los Cham fue una etnia que ocupaba el sur de Vietnam y fue poco a poco desplazada y marginada. El poblado que vimos eran unas casas muy pobres tipo palafitos pues son frecuentes las inundaciones.
<foto 20: Amanecer en el Mekong>
El punto final al Mekong fue la estancia en Chau Doc menos interesante que Can Tho y con muchos más mosquitos en el hotel! Lo mejor de la habitación era la terraza con unas vistas magníficas al rio desde donde vimos un bonito amanecer.
Consejo: Madrugar es la mejor estrategia para obtener fotos espectaculares en el Mekong, sobre todo para los mercados flotantes.
De Chau Doc a Pnohm Penh viajamos en una lancha remontando el Mekong. Son 5 horas, con parada obligada en la frontera para sellar el pasaporte, pero merece la pena el viaje pues las vistas del paisaje son muy atractivas. Resulta así mismo muy interesante ir viendo a las gentes que viven en la ribera pescando o bañando a los bueyes.
<foto 21: Carro en acantilado sobre el Mekong>
Siem Reap fue un magnífico final de viaje. Sus templos son lugares mágicos para permanecer largo rato en ellos.
<foto 22: Rostros en piedra. Siem Reap>
Consejo: Si tienes tiempo visita los templos y luego vuelve a ellos con la cámara en las horas de amanecer y puesta de sol.
Y esto es todo. Más fotos de Vietnam en mi blog ( http://blog.garcia-navalon.com/wordpress/galerias-de-fotos/ ) . Y por supuesto, cualquier información que queráis me la pedís por un mensaje privado en el foro y estaré encantando de ayudaros, si puedo :)